Central se puso el overol, aprovechó la ventaja y ganó su primer partido del año en San Nicolas

Central apareció en la Copa de la Liga 2024 y logró su primer triunfo del torneo al ganarle 1 a 0 a Independiente Rivadavia con gol de Cervera.

Cervera entró

La historia cuenta que el 25 de setiembre de 1983, a Gladys Motta, una habitante de San Nicolás de los Arroyos se le apareció la Virgen, vestida de azul, con el niño Jesús en brazos y un rosario. Más de 40 años después, el 8 de febrero de 2024, en la misma ciudad, Rosario Central, vestido de azul y amarillo, apareció en la Copa de la Liga 2024 y logró su primer triunfo del torneo al ganarle 1 a 0 a Independiente Rivadavia con gol de Cervera.

Los canallas archivaron el traje de campeón, ese que mostraron con mucho orgullo desde el 16 de diciembre del año pasado, y se volvieron a poner el overol que tantos resultados le dio. Se apoyó en la actuación de Fatura Broun cuando las papas quemaban y le sacó el máximo provecho a la ventaja que consiguió.

Una de las virtudes que tiene este plantel es la capacidad para recuperarse. No es un dato menor que este quinto ciclo de Russo todavía no conozca lo que es perder dos partidos consecutivos. Además ya sea en el Gigante o ahora en San Nicolás, hace de la localía un culto. Llegó a los 30 partidos sin derrotas (16 triunfos y 14 empates) y una vez más quedó demostrado que el apoyo de la gente es un aliado fundamental para este equipo.

Las estadísticas de Central en el primer tiempo son una prueba más que fiel del rendimiento del canalla de Miguel Russo. Ningún tiro al arco y recién en el cuarto minuto adicional tuvo su primer tiro de esquina a favor, que en la continuidad de la jugada terminó con un cabezazo de Sández que se fue muy lejos del arco de Marinelli.

Para los canallas, los primeros 15 minutos fueron un vía crucis. Estuvo perdido e inconexo y tuvo las mismas dificultades que mostró en los últimos 15 minutos y en todo el segundo tiempo de la goleada que sufrió en Córdoba ante Talleres.

Los problemas fueron los mismos. Kevin Ortiz no estuvo fino ni en la recuperación ni en la ubicación. O’Connor jamás fue su rueda de auxilio, porque el 30 canalla no siente esa función; y Sández la pasaba muy mal cuando Reali se tiraba por su sector.

El equipo visitante, que llegó a San Nicolás con el ánimo en alza ya que tras debutar con una derrota en el Gargantini ante Independiente de Avellaneda, luego cosechó dos triunfos que le levantaron la moral contra Gimnasia en La Plata y ante Huracán en Mendoza, se mostró como un equipo prolijo sabiendo que tenía más para ganar que para perder.

Fue un conjunto corto y prolijo. Los laterales Petrasso y Mas se turnaban para irse al ataque, Gil Romero jamás abandonó su posición de volante central, Napolitano y Vázquez siempre buscaban al compañero mejor ubicado y el movedizo Reali era una pesadilla.

No se metió atrás y en el primer cuarto de hora llegó tres veces con peligro al arco auriazul. De no ser por Fatura Broun, que le sacó una pelota bárbara a Abecasis que se metía en un ángulo, y que estuvo atento ante un par de penetraciones de Napolitano, los de Russo se hubiesen ido al vestuario con un ojo en compota.

Central solo era algún destello individual de Lovera que cuando agarraba la pelota quería hacer la heroica como ante Platense, pero los de De Paoli, lo esperaban en forma escalonada y le terminaban quitando el balón. Malcorra estuvo ausente, Campaz falto de explosión y Martínez Dupuy jamás le hizo cosquillas a la defensa visitante y por eso Russo lo sacó en el entretiempo.

En el segundo tiempo, ya con Martínez en cancha en lugar de O’Connor, se vio un equipo más equilibrado. Hubo un aviso a los 51’ de Campaz y un minuto después Cervera mostró su olfato de goleador y aprovechó la asistencia de Malcorra para que los fieles hinchas canallas gritaran el primer gol de la noche.

Hay jugadas que le dan un giro de 180 grados al desarrollo del partido. Y el gol de Cervera, un poco injusto por lo que habían mostrado ambos equipos hasta ese momento, tuvo ese efecto. A partir de allí, Central recuperó la fe y volvió a mostrar, aunque sea a cuentagotas, que la sociedad entre Lovera (se fue muy aplaudido) Malcorra y Campaz puede ser determinante en cualquier momento del partido.

La lepra mendocina, si bien bajó su rendimiento en el complemento, casi lo empata con un cabezazo de Petrasso a los 71’, pero Broun nuevamente lo impidió.

El ingreso de Mauricio Martínez hasta lo mejoró a Ortiz, quien se sintió más respaldado y con más confianza para anticipar a los volantes visitantes. Incluso hasta lo asistió a Malcorra a los 83’ en lo que pudo haber sido el segundo tanto auriazul.

Los últimos minutos fueron un manojo de nervios para Central. Incluso la ansiedad se apoderó del banco de suplentes lo que obligó a Pablo Dóvalo a expulsar primero a Miguel Russo y luego a su colaborador Hugo Galloni.

La última imagen de una situación de peligro lo mostró nuevamente a Broun, la figura del partido, que atrapó un remate del ingresado Joel Soñora y le bajó la persiana al partido para que Central, que tuvo que peregrinar bastante para conseguir este triunfo, se vuelva a Rosario con una sonrisa.

Gentileza La Capital

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