Es el único título que le falta a la selección argentina. La corona que todavía no se puede lucir en la nutrida vitrina del combinado nacional. El Mundial Sub 17 fue esquivo desde que se empezó a disputar en 1985 y el equipo que comandará Diego Placente llevará sobre sus espaldas ese peso extra que se combinará con una serie de factores que levantan la expectativa. En medio de la euforia por ganar la tercera Copa del Mundo en mayores, el equipo juvenil mostró un desempeño para ilusionarse en el Sudamericano con algunas promesas que prometen dejar su huella en el fútbol durante los próximos años.
Mientras difunde la lista preliminar (este domingo es el tope) y a un mes de la fecha límite para la nómina definitiva con 21 apellidos (4 de noviembre), el entrenador de la Sub 17 habló con Infobae para tocar los tópicos más destacados de esta Selección que debutará contra Senegal el sábado 11 de noviembre en el Grupo D que también integran Japón y Polonia.
— Citaste a dos chicos de Europa para entrenar, ¿qué viste en Felipinho para convocarlo?
— La verdad que él, técnicamente, es muy bueno y tiene mucho gol. Hizo pretemporada con la Primera (del Preston North End del Championship inglés). Fue de a poco y en cada partido hizo goles. Es una condición buena… Y difícil. Lo veníamos siguiendo, y siguió creciendo. Porque es eso… Uno puede estar en el radar, pero si no seguía el crecimiento por ahí no era citado. Siguió creciendo y se ganó la oportunidad de venir. Tanto él como Mateo (Sciancalepore) que juega de 9 en España. La verdad que tiene mucha técnica, es agresivo, tiene gol y por eso los dos vinieron.
— Con Mateo Sciancalepore (está en la pre lista) tenés un vínculo especial porque lo descubriste hace varios años cuando era defensor, ¿qué condiciones tiene ahora de centrodelantero?
— Porque en España a veces juegan en cancha más chicas y juegan en otras posiciones, también juegan más regionales, menos competitivo por ahí y un poco más lúdico, pero después pasó de 9 al Espanyol, hizo muchos goles. Se quedó en esa posición y ya vino con nosotros a un torneo que se hizo del Sub 17 en Ezeiza. Siguió su crecimiento, sigue andando bien, por eso tuvo la chance de vuelta.
— El nombre más destacado es el de Claudio Echeverri, ¿qué es lo que más te sorprende de él?
— Primero que es muy centrado. Desde chico se hizo conocido por un torneo que fue con River, salió un video con los goles… Eso le pasa a los chicos ahora que de chiquitos son conocidos, pero lo que más sorprende es que es centrado. Con todo lo que se habla de él, que a veces se hace difícil, él juega, se divierte y tiene los pies sobre la tierra. Creo que tiene muchas condiciones y todavía es chico para tener tantas presiones, por eso está bueno que esté con los chicos de su edad acá. Eso te baja un poco, te podes divertir más. Contento de que él siga creciendo, creo que todavía le falta y va a crecer muchísimo más. Me pone contento el presente que tiene y sobre todo que sea centrado.
— Con todo esto de la presión mediática, ¿dudaste en darle la 10 y la cinta de capitán en el Sudamericano para no tirarle tanta presión simbólica?
— Es que depende de los grupos. A veces el capitán tiene ascendencia, obviamente, pero después hay otros que hablan poco y tienen ascendencia dentro de la cancha sin ser capitanes. Él por su juego y personalidad, podía ser capitán. El capitán era Camilo (Rey Domenech) que se lesionó y agarró la cinta sin ningún problema. Después, los números, el 10, tiene mucha importancia, sí, pero juega ahí y le gusta ese número. Está bien que lo agarró, y sobre todo que jugó bien, que conectó muy bien con los compañeros. Había tenido una lesión y no había estado tanto con nosotros. Ojalá siga así para lo que viene.
— En el Sudamericano él habló de la presión que tiene, se mostró muy maduro para su edad, ¿vos le darías algún consejo con todo lo que está viviendo?
— Que aprenda, que vaya de a poco, le toca vivir cosas por ahí muy importantes estando en River. Que vaya viendo, eso es así. Uno cuando es chico y sube a un equipo profesional, va viendo lo que va pasando cuando se gana o se pierde. Cómo se mueve la gente, los más grandes. Los ejemplos buenos. Que vaya de a poco, mirando, viviendo cosas nuevas. Le toca vivir eso y aprender de lo que va pasando.
— Otro chico con mucha presión también es Gianluca Prestianni, que da la cara en un momento difícil de Vélez y aparte no pudiste tenerlo tanto en los entrenamientos…
— Es un jugador determinante. Está jugando en Vélez, por eso se entiende que le demos la prioridad a Vélez. Ahora llegará un momento que estamos cerca del Mundial, donde tiene que entrenar con nosotros, porque lo que falta en este momento es la unión de todos. Está bueno que los chicos jueguen en Reserva, por ejemplo, porque desde lo físico ganan mucho y les sirve. Pero estamos en el mes final y tenemos que hacer la unión del equipo. Todos los jugadores que estén acá se tienen que ganar el puesto para estar en la lista.
— ¿Hablaste con él de todo lo que le pasó o a la distancia es más difícil?
— A la distancia es más difícil, pero tanto a él como a otro, a veces cuando ganas está todo bien y lo vivió; y cuando perdió también va a aprender de lo que pasó. Es aprendizaje cuando ya sos profesional. Lo importante es que todavía es chico y aprenda del ambiente, las presiones. Después debe hablarlo con la gente que esté atrás, sea nosotros, el cuerpo técnico de Vélez, la gente que lo apoye, porque en los momentos malos todavía son chicos para soportar esas presiones.
— ¿Cuánto influye en el nivel tenerlos día a día entrenando en el predio?
— Nosotros hacemos mucho más hincapié en que mejoren día a día que en ganar un partido si hacemos un amistoso. Cuando mejor entrenan y más tiempo están acá… Pensá que por ahí están los mejores 25 jugadores de país esa semana entrenando. Entonces el entrenamiento sale de calidad y cada vez la competencia es mejor. Cuando están los jugadores buenos todos juntos, en cancha buena y pelota buena, no hay forma que no mejoren. Por eso hacemos hincapié en que traten de venir el mayor tiempo posible acá para entrenar.
— ¿Cuál es la diferencia que hay entre los chicos que se forman en Europa y los que se forman acá?
— Lo bueno es que tenemos el scouting allá y podemos ver a todos los argentinos en el exterior. Nos mandan videos, resúmenes o cómo fue el mes de los chicos, cómo jugaron… Que juegues en Europa no quiere decir que seas mejor que el que está acá en las selecciones juveniles. Siempre hay cuatro o cinco que pueden estar en la Selección. La diferencia obviamente es que ellos juegan con equipos más regionales, que se juega más y se pelea menos. Acá es mucho más competitivo. Creo que esa es la diferencia entre los que vienen del exterior, pero sí que cuando ya están acá, en una semana se meten en cómo se juega acá, que por ahí es un poco más agresivo. Después, si juega bien, lo vas a ver cuando juega con los buenos.
— Pablo Aimar siempre hace mucho hincapié en el tema lúdico de los entrenamientos, ¿cuánto hay de lúdico en chicos de 16 o 17 años que están a mitad de camino entre juvenil y ser profesionales?
— A los 17 años sí estás mucho más cerca de una primera donde el error ya obviamente se condena más, te lo hacen pagar más caro, pero todavía creo que nunca deben perder esa diversión. Cuando uno está más distendido y tranquilo, juega mejor. El entrenamiento es eso: divertirse, estar tranquilo, pero después sí cada ejercicio hacerlo al 100% porque eso hace que mejoren.
— Tenés muchos chicos, como Santi López, o mismo Echeverri y Prestianni, que ya incluso están en las primeras de sus clubes, ¿cómo les decís que se diviertan si están con la exigencia del profesional?
— Deben cambiar el chip cuando vienen acá. Son muy chicos igual, no debe caer la responsabilidad en ellos de lo que pasa en el club. Están en formación, por más que estén en Reserva o Primera. Todavía tienen un montón de defectos y deben jugar sin esa presión. Divertirse y aprender. Por eso hay jugadores grandes en esos equipos que se tienen que hacer cargo de las situaciones. Y cuando están acá no tienen esa presión porque cada entrenamiento es para el futuro, no para ya. Cuando se están formando es pensar que lleguen a la primera con la menor cantidad de defectos posibles para que puedan llegar a ser profesionales y vivir de esto. Son chicos, nadie les asegura que sean profesionales, por eso deben aprender, divertirse y seguir formándose.
— ¿Cómo haces, con todo el ruido que tiene hoy en día un juvenil alrededor, para explicarle que esto recién empieza, que todavía no llegó?
— Ellos mismo van vivenciando, todavía son chicos, van viendo las realidades distintas de los clubes. Aprendiendo cuando ganan qué pasa, cuando pierden qué pasa. Eso es experiencia. Está en ellos ver qué toman para seguir creciendo. Nosotros tratamos de bajarles los deciles y cuando vienen acá tratarlos como la edad que tienen: 17 años. Todavía son chicos, que disfruten acá. En estos días que están acá se olvidan por ahí del presente de cada uno en sus clubes. Eso con el tiempo se va aprendiendo, no sé si hay una fórmula. Lo importante es que sepan que son chicos y que falta muchísimo. Es importante que tengan los pies sobre la tierra.
— ¿Argentina tiene la obligación de ganar el Mundial Sub 17?
— La ilusión siempre está. Cuando vas al Mundial, somos Argentina y somos muy competitivos. En los Mundiales Sub 17 se dio que a esas edades hay otras potencias que desde lo físico sacaban ventaja. Ahora se equipara un poco más, creo que los chicos subieron antes o entrenan en Reserva, eso equipara un poco la parte física.
— ¿Cómo es el método de trabajo con Aimar? ¿Cómo se define quién dirige a cada categoría?
— Nosotros la vimos en otros lugares… Nos parece espectacular que haya conexión entre la 15, la 17, la 20 y la Mayor. Todos los del cuerpo técnico estamos en el entrenamiento. Si es en la 15, que el técnico es Pablo (Aimar), nosotros somos los ayudantes, y después cuando pasan a ser Sub 17, por ahí yo soy el técnico y Pablo el ayudante. Todos tenemos la misma idea y vemos a los mismos jugadores. Pensamos parecido. Es mucho más fácil cuando pasan de una selección a la otra conocer a todos los chicos. Ya sabemos defectos y virtudes que fuimos viendo, y cómo poder seguir mejorando para que sean jugadores profesionales que es lo que queremos.
— ¿Pero quién define la línea de juego en una y otra divisional? ¿se baja línea desde la Mayor?
— La mayor es diferente en el sentido que hay que ganar, pero la idea que tenemos, que ahora estamos todos alineados, es que Argentina tiene que ser protagonista. No importa cómo sea el sistema táctico. Depende también los jugadores que hay. Hemos cambiado el sistema depende los jugadores de esa camada. Si hay buenos volantes, juegan más volantes. Si hay dos nueves buenos, juegan los dos. Tres centrales… Y así. Depende la categoría, el partido, pero lo importante es que Argentina sea protagonista y saber que queremos que la pelota sea nuestra.
— ¿Qué tiene Aimar de distinto como entrenador?
— Creo que el don de la palabra… No sólo ve el fútbol muy bien, sino que lo expresa muy bien. No sólo fue un jugador extraordinario, sino que le puede enseñar a los chicos desde la palabra, aparte desde otra cosa. Creo que en formación, él como dice las cosas uno las recuerda y es tan claro que a los chicos les sirve un montón.
Gentileza Infobae