El viernes por la noche de básquet sub 19, asistí a los encuentros entre Regatas Del acuerdo y Don Bosco y Belgrano y me llevé gratísimas sensaciones de cada partido. En la ribera fue un gusto ver a Defelipo levantar un encuentro que venía adverso por diez puntos abajo y sin haber convertido la totalidad de los tantos, el toro salvaje los encaró a todos de frente con potencia y enjundia, fue la sangre hirviendo en la remontada naranja, metió, asistió, llevó la base y lo castigaron demasiado abajo y arriba (en el aire) en intentos por “domarlo” pero José en dos cuartos se llevó por delante a los azules sin llegar a ningún acuerdo y haciendo subir el tanteador local hasta distanciarse en veinte puntos a favor. El “vapor furioso” del toro salvaje naranja le hizo festejar un gran triunfo a los ribereños y dejar en claro que Regatas es firme candidato.
Por el otro lado, en el Centenario, el partido entre celestes y rojos estaba en paridad en el último cuarto y ninguno de los dos podía sacar diferencias porque erraban en los avances y no se encestaba en ninguna canasta. Los minutos se pedían desesperados de cada banco para desequilibrar y quebrar definitivamente al contrario y a nueve segundos del final Don Bosco había tomado uno de diferencia. Cachari había dejado alguna indicación. Se salía de abajo del aro rojo por el simple de Don Bosco. Maffei apretó los puños y los soltó pidiendo el balón. La llevó veloz en gambeta a los que se le cruzaban y en una movida de ajedrez descargó para el que había quedado en soledad en el vértice derecho de la cancha. Calcaterra “soltó” la mano y la hundió entre las redes para decretar tres para Belgrano que se fue con esa jugada final ganando por dos. Agónico y fatal triple que definía el juego.
El toro salvaje guió a su equipo al triunfo y Calcaterra clavó tres para ganar por dos en el ahogo final. Naranjas y Rojos ganaron y siguen dando lucha.
Mauricio Santucci