Diferencias entre la dirigencia antoniana y el entrenador, con respecto a la animosa ambición por lograr el ascenso, desterraron la posibilidad de contratarlo.
Ahora, la única opción que se maneja es Alberto Pascutti.
En este fútbol que hoy en día atravesamos, las formas y los proyectos a largo plazo se ven aniquilados por la imperiosa necesidad de materializar los objetivos y alcanzar el éxito en el menor tiempo posible.
Una clara muestra de esto es la situación actual de Juventud Antoniana: directivos de la subcomisión se reunieron con Gabriel Gómez para cerrar su vínculo con el club, pero leimponían casi como obligación ascender a la B Nacional (a fin de año, con la reestructuración, habría 4 cupos para promocionar de categoría), mientras que el DT de Defensores de Belgrano (Villa Ramallo) aludió que necesitaría más tiempo, y que no puede garantizar la concreción de esa meta a tan corto plazo. Inmediatamente, tras conocer esta postura, lo dieron de baja como alternativa a ocupar el banquillo.
Ahora, los dirigentes enfocarán todas sus fuerzas en quien siempre fue la primera opción: Alberto Pascutti, actualmente entrenador de Talleres (Remedios de Escalada), club con el cual tiene contrato hasta este viernes. Sin embargo, el interventor, Freddy Mochi, no quiere confirmar a nadie en el cargo hasta que se haya llevado a cabo la asamblea, en principio, prevista para el 12 de junio, en la cual se renovarán las autoridades.
En relación al Beto, se puede decir que, como director técnico, una amplia trayectoria de casi 20 años lo acredita. Ascendió a la B Nacional con Tigre en 1999, y perdió la categoría en dos oportunidades: con Tiro Federal descendió al Argentino A en el 2011 y con Sportivo Italiano, a la Primera C, en el 2012. Además, trabajó en Almagro, Tristán Suárez, Nueva Chicago, Los Andes, All Boys, entre otros.
Gentileza: Interior Futbolero