El bonaerense Alejandro Valori (89,950) se consagró campeón argentino de los cruceros al vencer por nocaut técnico en el sexto asalto a su comprovinciano Rogelio Rossi (90,300) en un memorable combate realizado el viernes 20 en el club 9 de Julio, de Junín, Provincia de Buenos Aires.
Frente a casi 1.000 espectadores que vieron casi toda la pelea de pie por las alternativas que se dieron, el retador se impuso por mayor velocidad y potencia ante un Rossi que dejó su corazón arriba del ring.
Luego de los primeros dos asaltos parejos, en los cuales se presagiaba la tormenta que luego sobrevino, Valori alcanzó a su rival con una combinación de tres golpes en el tercer asalto poniendo a Rossi en la lona.
Maltrecho, el campeón se paró y lo socorrió la campana, aunque el minuto de descanso no le alcanzó ya que el aspirante al título volvió a dominar el cuarto volviendo a mandar a Rossi al piso con una derecha voleada de la que no se explica cómo el de San Nicolás pudo pararse y terminar el round.
Valori salió a definir en el quinto habida cuenta el estado del zurdo Rossi, quien con más corazón que boxeo, encontró un par de contras a la cabeza y al cuerpo y puso al challenger al borde del nocaut. Valori se caía solo. Sus piernas eran un flan y ocurrió un suceso clave: escupió el bucal y ganó tiempo. Pero la protesta del equipo de Rossi, la expulsión de un integrante de la esquina (Darío Fernández) por parte del referee Gustavo Tomas y un inexplicable tañido de campana cuando faltaban 30 segundos, le dieron al retador mucha más recuperación. El fiscal hizo continuar el round y la tortilla se viró de vuelta ya que Rossi fue a definir y se comió una contra que le dobló las rodillas. El árbtiro hizo un conteo de pie finalizando así un asalto increíble.
A esas alturas no alcanzaban los ojos para ver todo lo que sucedía. El griterío de los numerosos seguidores de Valori y los de Rossi era impresionante y sonó la campana para el sexto episodio en el cual, Alejandro Valori volvió a sorprender a Rossi con una derecha voleada. Nueva caída y nuevo intento de recuperación para un campeón todo corazón pero al que no lo sostenían sus piernas. El referee paró el pleito mientras el entrenador del «Pequeño», Luis Barrera, también marcaba el final de una de las más apasionantes peleas que se han visto en mucho tiempo.
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