Se cumplen 50 años de uno de los mayores escándalos de la historia del deporte
La URSS derrotó a EE.UU en la final de los Juegos de Múnich 72 tras repetirse tres veces la última jugada a favor de los soviéticos
Tras un partido dominado por la URSS, Doug Collins anotó dos tiros libres que pusieron por primera vez por delante a EEUU (50-49) a tres segundos del final. El árbitro olvidó señalar un tiempo muerto pedido por el seleccionador soviético, Vladímir Kondrashin, por lo que se repitió la jugada. Según los norteamericanos, ese tiempo no fue solicitado en plazo.
Segunda repetición… también invalidada
En la segunda repetición los jueces de mesa no advirtieron que el reloj marcaba erróneamente 53 segundos, por lo que hubo que volver a sacar de fondo. Finalmente, en la última repetición, cuando los estadounidenses ya cantaban victoria, el base Ivan Yedeshko dio un increíble pase de casi 30 metros a Alexander Belov, que se elevó sobre dos defensores y anotó. El 50-51 fue definitIvo.
La Federación estadounidense, absolutamente indignada, emitió una queja formal, pero un jurado de cinco miembros decretó finalmente la victoria soviética. Eran las tres de la mañana y los temores de la delegación de Estados Unidos se hicieron realidad al constatar que de los cinco jueces, tres eran de la URSS.
EE.UU se negó a recoger la plata
Los estadounidenses, que habían ganado las siete finales olímpicas anteriores, se negaron a recoger la medalla de plata. Cincuenta años después, Estados Unidos aún no reconoce la derrota ante la Unión Soviética en la final olímpica de baloncesto. Esas medallas aún siguen en el Museo Olímpico de Suiza. Y allí seguirán hasta que el error sea solventado, según los estadounidenses. Fueron tres segundos que duran ya toda una vida y que no les dejarán estar en paz hasta que eso suceda.