Fue la 33ra. maratón que completó esta auténtica “nicoleña récord”. La virtualidad obligada por la pandemia la llevó a correr por primera vez una prueba oficial de 42K en San Nicolás, en el marco de la maratón de Nueva York, y la disfrutó como nunca. “Haber recorrido 42k en mi ciudad fue un placer inmenso, estoy completamente satisfecha y agradecidísima a todos los que me acompañaron”, contó Marité.
Un calor inusual para octubre fue el marco de una nueva maratón -la número 33- completada por Marité Tortul Savoia, la nicoleña con mayor cantidad de pruebas de este tipo en su haber. No le fue fácil, ya que el clima la exigió al máximo, pero por primera vez jugó verdaderamente “de local”, y fue acompañada y asistida por amigos atletas que le dieron el empujón anímico que necesitaba para completar los 42,195 kilómetros (“en realidad hice 42.200, porque siempre más vale que sobre y no que falte”, contó entre risas) y tener su certificado de finisher en esta edición 2020 “virtual” de la maratón de Nueva York, una de las seis “grandes” del atletismo mundial.
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“Fue muy difícil, un día terrible, muy intenso, muy caluroso… pero ya está, ya lo hice”, contó Marité al día siguiente de la prueba, con una frescura envidiable. “No me duele nada”, tiró, y agregó: “está bien, no corro rápido, pero no dejan de ser 42K! Al día siguiente me levanté temprano, no me dolió nada, me fui hasta la costanera a hacer un regenerativo, y volví enterita, mágicamente”.La nicoleña salió a completar la prueba el domingo a las 6 de la mañana desde Rivadavia y Pellegrini, y fue acompañada durante los 42K por los utramaratonistas Betiana Pintener y Germán Cordisco. “Yo no soy de molestar a la gente, pero ellos se ofrecieron un montón de veces a acompañarme, sé que me quieren mucho y yo a ellos, así que acepté.
Para mí fue un honor y un placer. Además, me asistieron en bici Cristian Rubiola, Sebastián Coronel y Augusto Santini”. Así las cosas, todo “el team” tomó por Rivadavia hasta Falcón, Savio y derecho a Somisa, donde realizaron algunas vueltas incluyendo el barrio Ayres del Sur y completaron 26 kilómetros. Luego, emprendieron la vuelta.
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Nada fácil
“Ya cuando llegamos a Savio y Falcón, que creo habíamos hecho más o menos 38 kilómetros, doy un paso y me agarra una contractura en los dos gemelos. Mi gran problema cuando corro son los calambres, y no iban a faltar en esta oportunidad”, recordó la nicoleña, y siguió: “Estaba re hidratada, no soy de tomar geles pero sí bocaditos de dulce de membrillo, todo bien pero transpiro muchísimo, y eso que tomé el día anterior sales de hidratación oral pero bueno, fue más intensa la transpiración, porque la verdad hacía un calor tremendo. Así que por favor le pedí a Germán que me ‘bajara’ los gemelos. Germán de un lado y Cristian del otro bajándome los gemelos, que se me habían contracturado de la parte superior de la rodilla. Bajaron los gemelos, pero bueno, intento dar el paso y me toma los dos músculos, los cuádriceps… ya no me importaba nada! Ahí fueron los chicos a comprarme una coca, algunas aceitunas, papas fritas y como pude, como Federico Bruno en los Juegos de Brasil, dije ‘arrodillada pero llego’. Así que al trotecito, despacito, llegué. Feliz. Pensaba ‘lo hubiese hecho en 4.15 horas a lo mejor, porque me faltaban esos 10 km y llevábamos 3.35, un tiempazo!!! pero bueno, después con los calambres terminé en 5.03hs. Pero sumamente feliz”.
“Una sabe que siempre hay imprevistos en una carrera; pensé que el domingo iba a ser el viento, pero fue la temperatura. En Río y en Miami las padecí mal por las temperatura, transpiro tanto que son los calambres los que me terminan inhibiendo. Termino llegando, arranstrándome, no importa, acá llegué más enterita porque los chicos me ayudaron, me hicieron masajes y arranqué bien de nuevo, pero mucho más lenta de lo que venía. Venía en un ritmo de 6.20 y terminé en 7.30, mucho más lento”, relató Marité, que fue recibida por familia y amigos en la costanera. “Completamente feliz.
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Un tramito me acompañó Norita Rasetto, y algún kilómetro en bicicleta Dafne (Koskiniotis), pero bueno, como digo siempre, estaba esperándome mi equipo, que son mis amigas Florencia Armoa, Ludmila Martínez y Norita Rasetto principalmente. La emoción principal por supuesto que mi hijo me estaba esperando, algo que no es frecuente porque en ningún 42K él me ha acompañado, así que los últimos 3K se unió al grupo nuestro y me acompañó ese trayecto, y amigas de la vida como es Silvia Andino, Valeria Bravo… siempre la gente que está y que quiero mucho. Sé que hay mucha gente que me aprecia porque soy cordial y amable, aparte de todo los defectos que tengo”, concluyó entre risas.
FUENTE: DIARIO EL NORTE